Dos desconocidos caminan en silencio por la calle sin ir a ningún lugar. Es medio día y el sol bate con fuerza sobra la ciudad. Mientras caminan uno se pregunta sobre el otro, que es lo que puede esperar si hace ya mucho tiempo que parece no esperar nada. Siempre hay cosas que es mejor no saber, al igual que siempre habrá hombres y mujeres incapaces de distinguir entre el miedo y la resignación. Puede que él solo sea uno de esos tipos que dedican su vida a leer postales llegadas de lugares tan hermosos como lejanos en lugar de escribirlas el mismo.
Es tarde, el sol se debilita y cae lentamente tras las azoteas inundadas por minúsculas aves. Los impacientes parroquianos de ojos saltones y piel ajada convertidos en mobiliario viviente de cualquier taberna de la ciudad, tiñen sus labios de rojo mientras los artistas de la rambla persiguen la sombra de sus zapatos buscando respuestas gastadas al porqué de toda esa desidia.
2 comentarios:
oh! qué potito! últimamente estás vaguete para escribir, eh? jeje
besicos!
jo pues si estoy vaguete si, aunque justo hace unos segundos he dejado una interesante info de Kurt...con lo que a ti te molaba el desgreñado de Cobain,jeje.
No se por que, pero como diría el Maestro Yoda cuanto mejor las cosas van,sobre ellas de escribir menos ganas tener, jeje
¿Todo bien por la capital del imperio Hispano?
besicos
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