Estaban en órbita; el viaje había terminado. Cruzaron el vacío, salvaron todos los abismos del tiempo y de la imaginación, sondearon lo insondable, y pasaron por los siete círculos del infierno. Estaban cuerdos, aunque conocieron las simas de la aflicción y las tentaciones del suicidio; y estaban vivos, aunque enfrentaron las distintas muertes que aguardan en el espacio sin límites.
Experimentaron un miedo y un terror indescriptibles y ahora podían hablar de ese miedo y de ese terror. Eran siete, tres mujeres y cuatro hombres, y vivieron cinco años encerrados dentro de aquella nave estelar. Estaban a muchos años luz de la Tierra; la nave había atravesado las extrañas curvas del espacio, alterando y deformando los cálculos y la geometría conocidos por el hombre, llegando hasta el otro borde del espacio. Y ahora permanecían en una órbita silenciosa y ondulante, sobre un planeta tan azul, tan verde y tan hermoso como el que dejaron atrás...
Experimentaron un miedo y un terror indescriptibles y ahora podían hablar de ese miedo y de ese terror. Eran siete, tres mujeres y cuatro hombres, y vivieron cinco años encerrados dentro de aquella nave estelar. Estaban a muchos años luz de la Tierra; la nave había atravesado las extrañas curvas del espacio, alterando y deformando los cálculos y la geometría conocidos por el hombre, llegando hasta el otro borde del espacio. Y ahora permanecían en una órbita silenciosa y ondulante, sobre un planeta tan azul, tan verde y tan hermoso como el que dejaron atrás...
La Visión del Edén
Howard Fast
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